La Organización Mundial de la Salud (OPS) define que la diarrea suele ser un síntoma de infección en el tracto digestivo, que puede estar ocasionada por muy diversos organismos bacterianos, víricos y parásitos. Los niños malnutridos o inmunodeprimidos, así como las personas que viven con el VIH, son los que presentan el mayor riesgo de padecer enfermedades diarreicas potencialmente mortales.
La infección se transmite por alimentos o agua para beber contaminados, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente y entre las amenazas más graves está la deshidratación.
Deshidratación
Durante un episodio de diarrea, se pierde agua y electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato) en las heces líquidas, los vómitos, el sudor, la orina y la respiración. Cuando estas pérdidas no se restituyen, se produce deshidratación.
Los grados de deshidratación pueden ser tres:
- deshidratación grave (se observan al menos dos de los signos siguientes):
- letargo o pérdida de conocimiento
- ojos hundidos
- incapacidad o casi incapacidad para beber
- retorno lento (2 segundos o más) a la normalidad después de pellizcar la piel
- deshidratación moderada (se observan dos o más de los signos siguientes):
- desasosiego o irritabilidad
- ojos hundidos
- ganas de beber, sed
- ausencia de deshidratación (no hay signos suficientes para diagnosticar una deshidratación grave o moderada).
El Ministerio de Salud y Protección Social advierte que los niños y niñas menores de 5 años son la población más suceptible a tener consecuencias mortales. Por lo que, desde casa se deben adoptar medidas para prevenir las enfermedades diarreicas.
Presta atención a estas recomendaciones para evitar el contagio de EDA: