El 2020 ha sido un año de aprendizajes. Las organizaciones se han tenido que replantear en tiempo récord las formas de trabajo y han incorporado a una velocidad sin precedentes, unas nuevas formas de hacer las cosas. EPM no es la excepción. El cambio de paradigmas ha sido un desafío para las áreas de cultura de las empresas y también una invitación a vivir la adaptabilidad como capacidad organizacional y a hacer de ésta, una oportunidad de aprendizaje que sea comprendida como escenario de evolución y no se quede en la queja y la resignación.
En EPM hablamos de evolución cultural, porque la palabra evolución nos traduce un fenómeno de crecimiento en espiral y progresivo. Y esto implica acompañar, formar, informar y contener a las personas de una manera diferente y ajustada a la realidad que va emergiendo. El trabajo en casa, el teletrabajo y otras modalidades de trabajo remoto llegaron para quedarse. Si bien estas formas ya se venían abriendo campo poco a poco en las organizaciones, la pandemia, sin duda, aceleró el proceso
Hoy aproximadamente el 50% de nuestros colaboradores están trabajando de manera remota desde sus casas y esto ha implicado un rediseño en las dinámicas de acompañamiento. Cada día nos plantea un nuevo desafío. Desde la transformación digital y de apoyo tecnológico, hasta el acompañamiento en temas de bienestar y calidad de vida también han tenido que reformularse; los procesos de formación, las estrategias de comunicación interna, el acompañamiento en el desarrollo personal y profesional, por mencionar algunos, son procesos que se han visto altamente impactados por tocar el ámbito de lo humano y esto ha implicado un trabajo en red a todo nivel.
Desde nuestra concepción de evolución cultural, el liderazgo consciente es uno de los grandes movilizadores de la Cultura. Son los líderes quienes juegan, y lo seguirán haciendo, un papel protagónico en este proceso. La supervisión cedió lugar al empoderamiento y el lugar del control fue ocupado por la confianza. Todos estamos aprendiendo: los líderes y los equipos.Evidenciamos que competencias y valores como la autogestión, el discernimiento, la responsabilidad, el trabajo en equipo, la innovación, la flexibilidad y la apertura, son clave en los profesionales de hoy y ese aprendizaje también lo estamos llevamos a nuestros procesos de selección y de gestión del desempeño, por ejemplo. Los aprendizajes se dieron en todos los niveles, en todas las áreas y en todos los procesos, tuvimos que hacer un proceso de gestión del cambio acelerado y salimos fortalecidos.
¿Cómo vivimos nuestro valor de la responsabilidad?
Desde el mismo momento en que este tema de la emergencia comenzó nos empezamos a preguntar qué podíamos hacer como Organización, como ciudad, como país para cuidarnos y cuidar a otros. Desde el primer momento, y cada vez más con el paso de los días, entendimos que sólo cuidándonos a nosotros mismos estábamos cuidando a otros y que sólo si los otros se cuidaban también nos estaban cuidando. Nos dimos cuenta, aún sin vernos y sin tocarnos, que necesitábamos que el otro estuviera bien, para que yo también pudiera estarlo. Y quizá ahí logramos comprender un poco mejor que todos éramos uno y el valor de la solidaridad cobró especial sentido.
Si bien muchas cosas están cambiando, entre esas la manera de trabajar y de producir, aún más importante es que nos está cambiando la forma de relacionarnos. Como Empresa, tenemos un compromiso social inmenso. Y como personas el compromiso es aún mayor. Tomar conciencia de la fragilidad de la vida, de la importancia de la familia, de darle a cada cosa el valor que merece, tendrían que ser asuntos también de la agenda diaria.
Definitivamente desde el punto de vista organizacional, estamos aprendiendo a ver esta situación como una maratón. Tenemos que guardar aire y energía, para terminar la carrera. No podemos gastarnos todo el aliento en el primer kilómetro porque el recorrido es largo. La nueva normalidad apenas inicia. Esta emergencia sanitaria nos está enseñando muchas cosas y en EPM queremos capitalizar estos aprendizajes: habrá quien encuentre fuerza mirando a su familia, o habrá quien lo haga pensando en su propio crecimiento y transformación o incluso habrá alguien que encuentre el sentido desde lo espiritual: todas las formas se valen. Sabemos que nuestra Gente EPM está hecha a pulso, hemos enfrentado situaciones complejas en nuestra historia y hemos salido adelante, esta vez no será la excepción. Lo más importante, es tener conciencia que, con cada pequeña acción, con cada nuevo aprendizaje, con cada nuevo despertar interior, estamos sumándole al propósito que hoy nos inspira: Contribuir a la armonía de la vida para un mundo mejor