La entrega de los paquetes escolares es un apoyo para la educación de los niños, además, contribuye con la economía de las familias en el inicio del año escolar. Estas entregas se vienen realizando desde el inicio de la construcción del proyecto hidroeléctrico Ituango, desde hace 15 años. Hoy, con la central en operación, la gestión social continúa entregando estos útiles escolares para el beneficio de los niños de los municipios de las áreas de interés y sus familias.
Este año, se estima la entrega de 18.200 paquetes escolares, que suman en total 220.000 paquetes entregados a los niños de los 16 municipios y 200 veredas del área de interés y algunas de la Mojana.
Los municipios beneficiarios son:
Ituango, Briceño, Toledo, San Andrés de Cuerquia, Yarumal, Valdivia, Peque, Sabanalarga, Olaya, Liborina, Buriticá, Santa Fe de Antioquia, Tarazá, Cáceres, Caucasia y Nechí.
Ni Picante ni mucho menos Tornado, le hacen honor a sus nombres. El picante, esa sensación de escozor, incluso de dolor que producen algunos alimentos y que termina estremeciéndonos y generándonos placer; y el tornado, esa columna de viento que se lleva casas, carros y cualquier cosa que se encuentre a su paso, nada tienen que ver el par de caballos mansos que de lunes a viernes arriban a la Institución Educativa Ochalí, sede Espíritu Santo, de Yarumal, con Derli de la Cruz Castillo y su hija Xiomara Correa.
Con tan solo saludarlas el interlocutor se da cuenta de que no pertenecen a la zona. Su acento suena a bullerengue, al murmullo de las olas al besar la playa, al crepitar del aceite caliente mientras se frita un pargo rojo, algo que contrasta con la geografía montañosa, con las vacas lecheras que pastan en los potreros y las fincas que distan varios kilómetros, las unas de las otras, en ese lejano paraje del municipio de Yarumal.
Ellas son oriundas de Necoclí, un municipio del Urabá antioqueño en donde el calor atraviesa el cuero cabelludo y pareciera que nos quemara solos los pies sino hasta las neuronas también. Llegaron a la vereda Espíritu Santo del corregimiento de Ochalí, en diciembre de 2021 por una oportunidad de trabajo que le resultó a Jorge Eliezer, el esposo de Derli, en la parte alta de la vereda para administrar una finca ganadera.
Durante el primer mes, Derli y Xiomara lloraron todos los días: por el frío, por la soledad (la finca más cercana está a media hora en caballo), por la gripa que los acosó a los tres por el cambio de clima, porque la escuela quedaba literalmente “en la porra”, para decirlo en un lenguaje coloquial. Por esa razón, Jorge Eliezer recomendó que a la niña no la deberían matricular en la escuela, que más adelante verían qué hacían, pero Derli consideró que era una posibilidad que ni siquiera se podía contemplar.
Xiomara quería ser profesional y ella haría hasta lo imposible para cumplirle su sueño. Por eso caminó tres horas para ir a matricularla, y por esa misma razón ella y Xiomara se dieron a la tarea de aprender a montar a caballo, para que la distancia se acortara a hora y media en verano y a dos horas en invierno. Para aquel entonces Derli esperaba sentada en una silla a que Xiomara terminara sus clases para retornar a la finca, y su rutina solamente se trastocaba el día en que tenía hacer los alimentos en el restaurante escolar, actividad que se turnaba con otras madres del sector. Pero, por una directriz de la alcaldía de Yarumal, se determinó que una sola persona debía manipulara los alimentos, y Derli vio ahí una oportunidad de empleo y una solución logística para la tediosa espera de Xiomara.
Desde el 2011 EPM ha venido entregando kits escolares a niños y niñas de las veredas y zonas urbanas de los 16 municipios del área de interés de la Central Hidroituango. Ya son más de 220 mil kits entregados a lo largo de los años, y en este 2025 serán 18.200, que además de contribuir a la educación de los estudiantes, se configuran en una gran ayuda para la economía familiar. “Es una ayuda muy grande porque al no tener que comprar los útiles, esa platica la podemos destinar para comprarle los zapatos, el uniforme, las medias u otras cositas que la niña necesita”, mencionó Derli.
Si Derli y su hija se han mojado en las temporadas de invierno, se han caído de los caballos y hasta Xiomara se ha llenado de barro de pies a cabeza para cumplir con su sueño de estudiar, cómo nosotros en EPM no vamos a recorrer con una sonrisa en los labios la geografía del Occidente, el Norte y el Bajo Cauca antioqueño en carro, a pie, en lancha o a lomo de mula para llevarles cuadernos, lápices, colores y otros útiles a los niños y niñas que nos quieren, nos reciben con alegría y nos consideran sus amigos.
“Yo estudié hasta quinto de primaria, y quiero que la niña tenga las oportunidades que yo no tuve. Ella tiene un sueño y yo quiero que ella sea alguien en la vida. A EPM quiero darle las gracias, gracias, gracias infinitas por esta ayuda y deseo que sus trabajadores sigan siendo así de lindos con nosotros”.
Los abuelos nos han enseñado “que importa más la calidad que la cantidad”, y de eso da cuenta el número de estudiantes que tiene la I.E Ochalí, sede Espíritu Santo: 6 en total. Por las sonrisas y las caras de grata sorpresa de Angie, Yojan, Cristian, Natasha, Mariangel y Xiomara al recibir sus kits escolares seguiremos yendo hasta donde toque para aportar a la educación de nuestra niñez. Y si el profe Lenny Santiago Álvarez, todos los días, recorre en su moto las dos horas de ida y regreso que lo separan de la escuela desde el casco urbano de Yarumal, nosotros seguiremos recorriendo ríos, caminos y trochas porque estamos seguros de que así contribuimos a la armonía de la vida para un mundo mejor.
Esa tarde de enero de 2025, Derli y Xiomara montaron de nuevo a Picante y Tornado para subir la montaña que las lleve de regreso a casa. Tornado sintió más peso, lógico, Xiomara llevaba en su espalda un morral, colorido y con motivos de la naturaleza, repletico de cuadernos, colores, escuadras, cartuchera y hasta el combo para el recreo: sanduchera y termo. Bueno, finalmente poco peso para un caballo cuyo nombre ya da cuenta de que es fuerte y poderoso, con tal de llegar a su meta.