Personaje
| Descripción
| Perfil
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Narrador/Locutor
| Jairito Ayala “estoy contigo/estamos ahí en las buenas y en las malas”. 35 años.
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Hombre
| Heriberto de Jesús Moreno Chica.
43 años. Nació en Buriticá y dice que en Buriticá se muere. Actualmente vive con su esposa en la Vereda las Cuatro.
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Mujer
| María Dolores Builes Taborda.
37 años, oriunda de la vereda La Ermita del corregimiento de Sabanalarga. Esposa de Heriberto.
| Ama de Casa
Amable y comprensiva.
Esposa abnegada pero no quiere tener hijos.
Amiguera y de buen humor.
Hermana mayor de otros 7. Sus padres los dejaban a su cuidado.
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Doctora
| Consuelo Lozano. 40 años.
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Social UdeA
| Maribel Moncayo. 28 años.
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Biólogo UdeA 2
| Tulio Cogote. 29 años.
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Presidente
| Pedro Elías Martínez. 40 años.
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Vecina
| Flor Ángel Jiménez. 38 años.
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Enfermera
| Rosa Buenavista. 30 años.
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Jairito Ayala: Muy buenas tardes a todos nuestros radio escuchas, mi nombre es Jairito Ayala y quiero invitarlos a que me acompañen en esta pequeña y cercana historia de amor entre María Dolores y Heriberto, una pareja del Occidente antioqueño que alguna vez juró amarse y cuidarse, en la salud y en la enfermedad, pero cuyas promesas están a punto de ponerse a prueba. Acompáñenme en esta su Radionovela PITO, traída a ustedes por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica, del proyecto Hidroeléctrico Ituango, un contrato entre la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia y EPM. No siendo más, comenzamos.
María: Beto, hágale pues que vamos a llegar tarde.
Heriberto: Ah, yo tengo mucha pereza de ir por allá. Venga más bien nos arrunchamos un ratico. Tú, yo, la cama, ¿qué dices?
M: Qué no, home, que vamos pues.
J: Interrumpimos esta parranda para recordarle a toda comunidad de la Vereda Las Cuatr, del Municipio de Buriticá que los profesionales de la Universidad de Antioquia los esperan para hablar sobre cómo cuidarnos de la leishmaniasis, o del pito, como le decimos por aquí. Este es el último llamado, y recuerden: Soy Jairito Ayala, y estamos ahí, en las buenas y en las malas.
M: Sí, ve. Vamos pues.
H: Ehhh, qué cosita con vos… Vamos pues.
H: (Susurrando) Vea que esto apenas empieza y usted está acosando tanto.
M: (Susurrando) Va media hora, quédese callado a ver.
Maribel Moncayo: Entonces, ¿qué hemos aprendido hasta el momento? Hagamos un “recorderis” para los apenas pudieron llegar.
M: (Entredientes) Ay… me muero de la vergüenza, sí ve.
MM: Bueno, hablábamos de que desde hace un par de años, en esta población han aumentado los casos de personas a las que les ha dado leishmaniasis cutánea, acá comúnmente le llaman pito, y se llama cutánea es porque principalmente afecta la piel. Ustedes han visto lo que pasa, una herida muy pequeña que empieza a crecer y a crecer como en forma de moneda y si no se detiene, con el tratamiento adecuado, las complicaciones pueden ser muy serias.
Esta enfermedad la produce la picadura de una mosquita, ya mi compañero Tulio les hablará con mayor profundidad sobre este tema y les ampliará con sus conocimientos.
H: Pff… (Susurrando) ¿Vos les crees a estos?
Tulio Cogote: Gracias, Maribel, Sí, en efecto, y la mosquita del pito se llama Lutzomyia, es muy pequeña, tanto que incluso verla a simple vista es difícil, y lo que pasa es lo siguiente: hay unos animales, mamíferos, salvajes, que están por ahí tranquilos de la vida y sin hacerle daño a nadie, pero que están infectados con un parásito, ellos no se dan cuenta porque el parásito a ellos no les hace nada. Pues resulta que esta mosquita pica a estos animales, porque necesita sangre para poder poner sus huevos, pero en la sangre se va también el parásito. La mosquita sigue su camino y por casualidad se encuentra con una persona, la pica para obtener más sangre y entonces el parásito aprovecha para quedarse dentro de la persona. Ahí es donde ocurre la infección y, entonces el parásito se va comiendo la carne alrededor de la picadura.
H: (Interrumpiendo para que escuchen todos) Sí, qué pena, muchacho, es que… Lo que usted está diciendo no es verdad.
M: (Entre dientes) ridículo
¡vos qué vas a saber!
H: Sí, ehh.. toda la vida se supo que eso es un bichito, que se mantiene con los verrugosos y con otras culebras y que por el veneno que se le quedaba en las patas si lo toca a uno, pues lo quema. Ahora usted dice que no, que la tal Luz.. luzz.. así se llama mi suegra y esa sí es venenosa. (Risa del público)... bueno usted dice que es una mosquita que ni se ve pero que sí le deja a uno esa chamba tan grande.
¡¿Quién se va a creer eso?!
MM: Disculpe, señor… ¿Cuál es su nombre?
H: Yo me llamo Heriberto de Jesús Moreno Chica.
MM: Don Heriberto, muchas gracias por su intervención, nosotros sabemos que pueden haber muchas dudas sobre el tema, y a parte, que se han construido muchos mitos alrededor, pero precisamente para eso estamos aquí, para que podamos aprender juntos, no sólo sobre esta mosquita, que a propósito la próxima vez les vamos a traer unas en unos frasquitos para que podamos reconocerlas y diferenciarlas, sino también para que sepamos cómo cuidarnos, como prevenir que nos pique, saber qué podemos hacer y qué no debemos hacer.
Persona 1: Yo tengo por acá otra pregunta. Entonces, sí, eso que dice,
¿Cómo hacer para que no lo pique a uno esta desgraciada?
T: Bueno, es importante saber que la mosquita del pito no tiene ese pitillito, con el que los zancudos chupan la sangre, que realmente se llama probóscide, la mosquita del pito tiene más bien como unos dientecitos, entonces ella no es capaz de atravesar la ropa cuando lo pica a uno.
MM: Por eso es sumamente importante estar bien cubierto, usando camisas manga larga y pantalones que nos cubran toda la piel que pueda estar expuesta.
Incluso si se puede, hasta guantes y ojalá repelente. Es mejor aguantarse el calor, que tener que pasar la enfermedad y el tratamiento.
Persona 2: Venga y en la casa qué puede hacer.
T: Muy buena pregunta. Y acá hay algo muy importante que hay que saber. La mosquita prefiere la noche, más o menos entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana, ella está por ahí buscando qué picar, por eso además de estar cubierto lo que más se pueda, es importantísimo el uso del toldillo en la casa, y no sólo para los niños, todos en la casa deberían dormir con toldillo, porque además evita el contacto con otros animales que nos pudieran hacer daño mientras nosotros roncamos.
J: Así entre preguntas y respuestas se fue terminando el taller. Las personas sentían que aprendían, entre risas y datos que no conocían, como que la mosquita del pito o más bien de la leishmaniasis se llama Lutzomyia, y que es una mosquita muy pequeña, que le gusta estar en zonas oscuras y húmedas como los cafetales o las cacaoteras. También se aprendió sobre cómo la mosquita pica animales silvestres y luego nos pica a nosotros para darse la infección. El único que no estaba muy de acuerdo y tampoco aprendió mucho fue Heriberto y su mata de pelo, quien refunfuño y refunfuño todo el tiempo. Incluso cuando repartieron toldillos, casi que no lo recibe, menos mal estaba María que de un codazo lo convenció. Veamos qué pasó entonces cuando llegaron a su casa.
H: Qué perdedera de tiempo hombre. Pa eso me quedaba escuchando las historias de Jairito Ayala.
M: Tranquilo, mijo, que yo con usted no vuelvo a salir. Jumm. Qué pena. Vaya más bien ponga el toldillo mientras yo preparo la comida.
H: Oigan a mi mamá… Usted era la que lo quería, póngalo usted.
M: Jmm, tras de feo y gordo, inservible.
H: No, en serio, qué vamos a poner esa bobada, y con este calor tan berraco, hágale que eso lo ponemos en estos días.
M: Pues sí está haciendo mucho bochorno, esto por acá cada vez está más caliente.
H: ¿Ya vas a decir que en Sabanalarga no es igual?
M: Ashhhh. Tras de feo y gordo… inservible.
H: No, en serio. Qué vamos a poner esa bobada. Y con este calor tan berraco, hágale que eso lo ponemos en estos días.
M: Pues sí está haciendo mucho bochorno. Esto por acá cada vez está más caliente.
H: Ya vas a decir que en Sabanalarga no es igual.
M: Betico, el desayuno está servido. (Insiste) Beto… Si no se para ya, lo dejó sin calditoo.
H: (Entre dormido) Uy, no, no, no. Con eso no se juega.
M: Hágale pues que mientras se baña el terminó de preparar el fiambre.
H: Bosteza.
M: Ay, yo saliendo tan temprano y esa mosquita rondando por ahí. La cocina y el baño afuera de la casa y uno saliendo como si nada… Y ese solar con tanta cosa en descomposición…
J: Son las 6 de la mañana en tu emisora SS Stéreo. Pónganle una sonrisa a la vida que el día ya comenzó.
H: Bueno, me fui.
M: Beto, llevate la camisa de manga larga, ¿sí? no seas llevado de tu parecer.
H: Eso pa’ qué... Igual ¿no dijeron pues que es desde las 6 de la tarde que eso lo pica a uno...?
M: Pero que no siempre…
H: Chao pesca’o que me esperan en las Brisas. Machoo, machoo. (Se va)
M: Ah, pues hasta tendrá razón el moscorrofio este, nunca lo ha picado
nada y se mantiene sin camisa. Pero a toda la familia de Gladis sí los picó, hasta a los niños y ellos se iban todos juntos a trabajar al cafetal. Ay no sé, eso es como la peor lotería que uno se puede ganar entonces. Pica es al más demalas pues.
Y Gladis sí me dijo que ese tratamiento era horrible. ¿Cómo fue que dijo? Que como una inyección por kilo que uno pese. Ay no. Pero no se sabe qué es peor porque el esposo sí le quedó esa carita vuelta nada. Ay no. Dios me libre.
Igual no sé, si a mi gordo que es el que mantiene afuera no lo ha picado, puede que él tenga razón y esos muchachos no sepan bien cómo es la cosa. Ay no sé…
Ve, ¿ay con qué me “aporrié”?,
¿Me salió otro lunar o qué?
J: Jummm… sospechoso. Hagamos un breve recuento de lo que ha pasado hasta el momento. Aprendimos sobre la leishmaniasis y cómo prevenirla, especialmente haciendo buen uso del toldillo y cubriéndonos bien con camisa manga larga y pantalones. Pero también, conocimos un poco más de la personalidad y la vida en pareja de María Dolores y Heriberto, que entre chiste y broma no está muy consciente de lo que está pasando.
Soy Jairito Ayala y estamos ahí en las buenas y en las malas.
Recuerda que tu radionovela PITO es traída por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica del proyecto de la Hidroeléctrico Ituango. Un contrato entre la facultad de salud pública de la Universidad de Antioquia y EPM. Han pasado ya dos meses y digamos que son las 6:00 p.m. Los dejamos con el nuevo éxito infantil “Mosquita dientona”. Retomamos.
Canción: Ay una mosqui
H: (Entredientes) Ehhhh, ya todo trata sobre el pito pues, ni lo dejan escuchar a uno música tranquilo… ahg y apenas voy en Godal. Macho, machoo.
Flor Ángel: (Grita a lo lejos)
Heriberto de Jesús, ¿cómo le va?...
H: Bien y usted, Doña Flor, “antonces” ¿bien o no?
F: Ahí, aquí lidiando con estas gallinas que no se cansan, ve, qué bueno que te veo, contame ¿qué le pasó a la Dolores en el hombro?
H: ¿En el hombro?, nada
F: ¿Nada? Si no más ayer donde Pedro Elías no hacía sino tocase y sobase y sobase ese hombro y cuando le pregunté también me dijo que nada. Bueno si no me quieren decir, no me digan. No vaya a ser que usted le está pegando.
H: Oiga a esta vieja chismosa, respete a ver, a cacarear con sus gallinas más bien… jmmm ve esta…
H: Lola, lola, mostrame el hombro.
M: (Dudosa) ¿Pa qué?
H: Lola, lola, mostrame el hombro.
M: (Muestra un hombro) mirá, mirá.
H: Lola, mostrame el otro.
M: Ah, entonces me empeloto también.
H: (Coqueto) ah, pues si quiere.
M: Oiga a este, no ve que este mes no me compró las pastillas, y usted sabe que sin maíz no hay pollita.
Bastante tuve con 7 hermanitos bien cansones como para tener chinos por ahí “berriando”, ya con usted me basta y me sobra…
H: Eh pero estás muy tocada pues.
M: Termine de comer más bien…” H: (Después de un silencio)
Lola mostrame el hombro (entre
risas) -
M: Ahgg, (suena la cuchara caer en el plato y la silla correrse) mirá pues, mirá pues ahhhg.
H: ¿Qué es eso?
M: Ahg, no sé, no le he querido mostrar a nadie porque mirá como se ve de feo…
H: ¿Pero con qué te quemaste o qué?
M: Ahg, eso empezó como un granito, como una heridita, eso casi ni se veía, pero ya no lo tapa ni las curitas, me he echado alcohol, jabón rey y nada que se quita.
H: (Despreocupado) Ay, lola, eso debe ser cualquier bobada, eso fue que le cayó aceite y ni cuenta se dio, usted que anda toda embolatada últimamente.
M: ¿Embolatada?, claro, pensando es en esos muchachos que vinieron hace como 2 meses, que mostraron fotos de cuando lo pica a uno el pito y ahg, esto se ve muy parecido.
H: Qué va a ser eso pito, homeee. No me ha dado a mí que mantengo afuera…
M: Pero ellos dijeron que en las casas también puede haber.
H: Y es que yo no vivo aquí ¿o qué?
M: Pues no sé, será que a la mosquita no le gusta la carne de marrano.
H: (Ríe) Vea (Se pone serio), vamos a hacer una cosa, vamos a cerrar eso, sea pito, o no sea pito…
M: Sapito usted.
H: Déjeme hablar pues… Uno sabe que cualquier herida si usted le echa candela, se cierra. Pero tiene que aguantar…
M: Ay, no… No, no. Yo le voy a decir al presidente que me pase el número de esos muchachos, cómo me vas a quemar.
H: ¿Ah, les crees más a ellos que a mí?
M: No, no es eso, sino que…
H: Vea, a mí me han dicho que con panela derretida eso se cura, o que con la cuchara al rojo vivo o el machete, o gasolina… usted escoge.
M: No pues… ahhh… pues la panela.
H: Hágale pues, vaya alístese que ya se la llevo…
J: Estás escuchando tu radionovela PITO…
M: (Grita) Heriberto, Hijuepuuuuu…
J: Taaambién recuerda que soy Jairo Ayala, estamos ahí en las buenas y en las malas.
J: (Cansado y bostezando) Son las 4 de la mañana y como que soy el único locutor…
Estudio: (Gritan) Jairo, ya estamos al Aire.
J: (Desconcertado) Buenos días les deseamos a nuestros radioescuchas, desde esta tu emisora SS Stéreo, esta tu radionovela PITO y este tu locutor favorito Jairito Ayala y como ya sabrás, estamos ahí, en las buenas y en las malas. Anteriormente nos enteramos que Doña Dolores, o Lola, como le dice su esposo Heriberto, podría haber sido picada por la mosquita Lutzomyia, o como le decimos en nuestras tierritas, le cayó el pito… y a Heriberto se le ocurrió la brillante idea de quemarla con panela derretida, día tras día tras días, haciendo que una herida, que al principio a Dolores no le dolía, se convirtiera en un dolor que le hizo ver hasta el chucho, que si bien la herida de la leishmaniasis no duele, al infectarse, al utilizarse otras sustancias o quemarse, se puede sobreinfectar, esto sí que duele, mejor dicho vamos a ver qué pasa.
(Grita) Hablando de panela, ey,
¡dónde está mi café?, (Desconcertado) eh, eh, perdón, continuamos y, y digamos que son, no sé, las 5 de la mañana.
H: Lola, Lola, despierte pues mija que se me va a ser tarde.
M: Ay, Betico me duele mucho el hombro, yo estoy despierta desde hace rato pero es que eso está todo “inconado” y como que me arde, me duele… Y eso está más grande. Vaya hágase el desayunito usted, yo no me quiero mover.
H: Hágale tranquila, Lola. (Preocupado) Yo, yo voy a ver qué hago.
H: Ahggg, todo esto es culpa mía. ¿Y ahora qué hago? Mi Lola se ve muy mal. Voy a tener que llamar a esos muchachos. Voy a ver si el presidente está en la casa todavía.
Pedro Elías (Presidente): “Qué pasó pues… yo no recibo visitas a esta hora...
Don pedro
Ehh, Heriberto qué pasa hombre?”
H: qué pena molestarlo tan temprano hermano, sino que la Dolores… Eh, usted me puede pasar el número de esos muchachos que vinieron a hablar del pito.
P: Ah, los muchachos de la de Antioquia, de los de leishmaniasis, sí, claro, pero y eso por qué y tan urgente…?
H: Es que yo creo que a la Dolores le, le cayó le cayó el pito y tiene eso como infecta’o.
P: Ahh, qué pesar home, yo le paso el número... pero ellos sí dijeron que si había indicios de que fuera pito, había que ir al hospital de una. Sólo en el hospital la pueden atender.
H: Ahgg y ella tiene el hospital es en Sabanalarga, ¿yo cómo la llevo desde acá así?
P: Pues vea si quiere tenga el número del presidente de Palenque, que yo sé que hoy le llevan una cosas en carro y de pronto lo arriman y no le cobran tanto, llega allá en bestia y le dice que si se las cuida.
H: Pedro hermano, muchas gracias, Pedro, hermano. Ya mismo busco señal pa llamarlo.
J: Ay, Heriberto, si no te hubieras puesto a inventar, si hubieras escuchado a tu esposa antes, si hubieras hecho las cosas cuando era, si, si, si… pero no, y ahora las cosas ya están complicadas… Vamos a ver qué pasa en el hospital.
Rosa Buenavista (Enfermera): María Dolores Builes Taborda, repito, María Dolores Builes Taborda.
H: Sí, sí, acá
R: Pero usted no tiene cara de María Dolores.
H: ¿Ah?
M: Es que das mucha papaya, Beto.
(Ríe)
R: Bien pueda pase, Doña María.
Consuelo Lozano (Doctora): Mucho gusto, mi nombre es Consuelo Lozano, usted es María ¿Dolores?
M: Sí, María Dolores.
C: No, ¿que si tiene algún dolor?
M: ¿En serio? ¿vamos a hablar de nombres?. ¿Consuelo Lozano?
¿Con-suelo Lo-zano?
J: Podemos adelantar un poco la consulta y lleguemos a lo importante, esto fue lo que le dijo la doc. Ah por cierto, soy Jairito Ayala y ya se saben lo otro…
C: La prueba de laboratorio te la pueden hacer hoy mismo, es algo sencillo, te hacen un pequeño raspado de la herida y nada más y mañana puedes venir por los resultados, sin embargo, es casi seguro que se trata de Leishmaniasis, o como usted lo llama pito, en una
etapa muy avanzada. Debiste venir hace tiempo.
M: Sí, ya sé. Mil gracias, doctora.
H: Lola ¿qué fue?
M: Ahg, yo no sé por qué le sigo haciendo caso a usted. Bien me decía mi madre, que yo siempre iba detrás de usted como una boba y vea… (imitándolo con burla) “No pongamos el toldillo, eso no es una mosquita, blablabla”... Shhh. Y se jodió porque hoy amanecemos acá, en la casa de mi mamá en Machado.
J: Al otro día, lo obvio: positivo para pito. Al otro día, lo duro: separarse.
C: Vea Dolores, el examen salió positivo, entonces la idea es hacer tratamiento para que esto no avance.
Debe buscar la forma de estar en el pueblo al menos por 1 mes, ahora le voy a ordenar una serie de exámenes de sangre, para poder iniciar el tratamiento.
El medicamento que se debe aplicar es bravo, se debe aplicar todos los días intramuscular, por 20 días, y una semana después de iniciar el tratamiento hacemos nuevamente exámenes de sangre, además cada semana hasta que termine el tratamiento debe pasar conmigo para revisar cómo va y si la lesión está mejorando.
El medicamento produce, desaliento, dolor muscular, pérdida de apetito y malestar general, por eso es importante que esté cerca al hospital mientras tanto.
¿Qué opina?
M: Heriberto… yo voy a pasar todo el tratamiento con mi familia, siento que necesito un tiempo para mí, y mientras todo esto pasa quiero aprovechar para reencontrarme con mis hermanos y pensar…
H: ¿Qué tenés que pensar?
M: Igual la casa no puede estar sola. Es mejor que yo me quede y usted se vuelva a Buriticá, este tratamiento se demora y usted tiene que trabajar… Yo lo llamo. Cuídese, ¿sí?
J: Ahora un poema: Fueron los 20 días más largos para ambos, aquí y allá, Dolores con sus físicos dolores y Heriberto con sus heridas pero de soledad. Mientras ella recorría los lugares de su juventud en El Junco, visitaba a sus amigos en Membrillal, él se perdía en el recuerdo de cuando se conocieron en San Cristóbal Pená, al tiempo que se cuestionaba cómo pudo haber hecho las cosas y por qué las hizo tan mal.
H: ¿Aló? (Triste) M: Aló
H: Lola!? (Entusiasmado)
M: Quisiera que nos viéramos…
H: Sí, claro. Ya mismo salgo para allá.
M: No, no… Ehh… Prefiero que nos veamos en otra parte…
H: Ehh.. Bueno. ¿Dónde?
M: Me dijeron que estaban poniendo películas en La Honda, en Liborina, vayamos y allá hablamos. ¿Le da para llegar a las 6?
H: Sí, sí, allá nos vemos. Me has hecho mucha falta…
M: Sí, sí, allá hablamos.
M: ¿Te acordás que antes salíamos por ahí y hacíamos de todo? ¿Qué pasó?
H: Los años. Eso pasó. Nos fuimos aburriendo, se nos fue la juventud. Yo me volví orgulloso, vos te conformaste conmigo. Yo te quería cuidar, pero resulté descuidándote.
Pero si me das otra oportunidad, te demuestro que todo va a ser mejor.
M: El tratamiento fue muy pesado, por lo menos la cicatriz no está quedando tan fea. Pero más que el tratamiento, lo que más me dolía era que aunque estuviera con mi familia, sentía que me faltaba mi familia…, que me faltabas vos.
M: Ya va a empezar la película… dame la mano…
H: ¿Entonces...?
M: Shhhhh…..
M: (Susurrando) Ah y ¿sabés por qué le dicen pito?
H: (Susurrando) No.
M: (Susurrando) Yo tampoco. (Ríe) (Se pone seria) pero quiero tener un hijo.
J: Hemos llegado al final. Así termina nuestra pequeña historia de amor traída a ustedes por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica del proyecto Hidroeléctrico Ituango, un contrato entre la Facultad de Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia y EPM, esperamos que la hayan disfrutado, nos oímos pronto. Soy Jairito Ayala, “estamos ahí, en las buenas, ajá, y en las malas”.