Planta de tratamiento de aguas residuales Bello: alta tecnología en un entorno ecológico

• Hoy se iniciaron oficialmente las obras. Entrará en operación en 2015
• Su construcción será financiada con un préstamo por USD 450 millones otorgado por el BID y ejecutada por Aguas Nacionales, filial de EPM
• “Queremos tener un río que respire, que transfiera su buena energía a los ciudadanos”, dijo el Gerente General de EPM.
“Una planta dentro de un parque"
Esta simple idea es la que mejor describe lo que será la nueva planta de tratamiento de aguas residuales Bello, al Norte del Valle de Aburrá, cuyas obras se iniciaron este jueves en el municipio del mismo nombre, para dar continuidad al tan anhelado plan de saneamiento del río Medellín, que atraviesa la ciudad de Sur a Norte.
Por su concepción arquitectónica y su diseño futurista inspirado en la naturaleza, la planta Bello sentará un precedente en la construcción de este tipo de instalaciones. Por su tecnología de punta, será la más grande y moderna del país, y una de las más avanzadas en su género en América Latina.
Con un caudal de diseño de 5.0 metros cúbicos por segundo (m3/s), la planta Bello recibirá las aguas residuales residenciales, industriales y comerciales de Medellín y Bello, los municipios más grandes del Valle de Aburrá, recogidas a través de los colectores paralelos a las quebradas, y de los interceptores paralelos al río Medellín, entre ellos el interceptor Norte actualmente en construcción, con una longitud de 8 kilómetros.
“Empezar la construcción de esta planta representa otra mirada a la ciudad, al país y al mundo”, señaló el Gerente General de EPM, Juan Esteban Calle Restrepo, en el acto protocolario que estuvo presidido por el Alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria Correa, y que contó con la presencia de funcionarios de Aguas Nacionales, de EPM, de las autoridades civiles y municipales del Valle de Aburrá, representantes del consorcio constructor, entre ellos el señor Soo-Hyun Jung, Presidente & CEO mundial de Hyundai Corporation; periodistas, consultores y miembros de la comunidad de influencia de la obra.
Para el Gerente General de EPM, “recuperar el río Medellín, darle otra oportunidad, otro aire como lo hemos afirmado aquí en este acto, significa mucho para todos. El desarrollo urbano, la inclusión social y la protección del medio ambiente, son solo algunas de las ventajas de tener un río que respire, que transfiera su buena energía a los ciudadanos”.
Hacia un desarrollo armónico
Calle Restrepo recordó que Medellín fue la primera ciudad de América Latina en definir y financiar un plan de recuperación para su río más importante. Fruto de esa planificación es el “Programa de saneamiento del río Medellín y sus quebradas afluentes”, un compromiso asumido por EPM desde hace más de tres décadas para mejorar el medio ambiente y la calidad de vida de nuestra población, creando las condiciones para un desarrollo económico y social armónico.
El primer paso para alcanzar este propósito fue la construcción de la planta San Fernando, en Itagüí, que recibe y trata las aguas de los municipios del Sur del área metropolitana, y hoy se da un salto trascendental con el inicio de obras de la planta Bello. Las dos han contado con el respaldo del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, que ha otorgado créditos por USD$130 y USD$450 millones, respectivamente.
En términos operativos, la planta de Bello triplicará a la de San Fernando. Tendrá un caudal promedio de diseño de 5.0 metros cúbicos por segundo y procesará más del 75% de las aguas residuales del Valle de Aburrá, para alcanzar entre ambas un cubrimiento global del 95% de las aguas que se vierten al río. Las aguas residuales de Bello y de Medellín serán transportadas a través de un interceptor de 8 kilómetros de longitud y un diámetro de 2.4 metros, cuya construcción se inició en abril del año pasado y culminará el año entrante.
Un inmenso reto
De cara a la comunidad, la operación de la planta Bello pasará inadvertida, ya que contará con un estricto control, para evitar que se genere cualquier emisión de olores en el ambiente.
En sus instalaciones se espera recibir diariamente unas 120 toneladas de materia orgánica proveniente de las aguas residuales producidas por la industria, el comercio y las viviendas, para someterlas después a procesos biológicos, químicos y físicos y devolverlas tratadas al río Medellín. La gran meta es lograr que el río Medellín supere los niveles de oxígeno disuelto que son aceptados mundialmente como indicadores de ríos descontaminados.
El consorcio hispano-coreano Aguas de Aburrá HHA es el responsable de la construcción de la planta Bello, proceso que generará cerca de 1.200 empleos, entre directos e indirectos. HHA está integrado por las firmas coreanas Hyundai Engineering and Construction Co. Ltd., Hyundai Engineering Co. Ltd, y por la española Acciona Agua. Su oferta fue seleccionada el pasado 22 de febrero entre 11 propuestas provenientes de Colombia, Corea, Brasil, Uruguay, España y México. La adjudicación tuvo un valor de USD$347.310.420,85.
Para Hernán Andrés Ramírez Ríos, Presidente de Aguas Nacionales, la filial de EPM que ejecuta el proyecto, “con el trabajo dedicado y riguroso de todos los que estamos comprometidos en este inmenso reto, hoy damos inicio a una de las obras más relevantes de la ingeniería antioqueña, que generará un impacto inmensamente positivo en la historia del saneamiento del río Medellín”.
A largo plazo y con el mismo propósito de tratar las aguas residuales del Valle de Aburrá, el “Programa de saneamiento del río Medellín y sus quebradas afluentes” contempla la construcción de otras dos plantas, que estarían localizadas en los municipios de Girardota y Barbosa, al Norte del Valle de Aburrá.